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Palazzo Monti

Flos lamps at Palazzo Monti Brescia
Flos lamps at Palazzo Monti Brescia

En un palazzo italiano del siglo XIII en Brescia, Edoardo Monti ha creado una residencia artística dinámica, en la que reúne a mentes creativas de todo el mundo.

Entrevista de Hannah Martin

Cuéntame la historia del Palazzo Monti. ¿Por qué pusiste en marcha esta residencia?

Había pasado cinco años en Nueva York, trabajando en el ámbito de la moda y, simplemente, sentí la necesidad imperiosa de hacer algo distinto. Quizás algo más cercano al mundo artístico. Pensé en este espacio en Brescia—un palazzo del siglo XIII que ha sido propiedad de nuestra familia desde la década de los 50—y lo increíble que sería reunir a gente aquí. Lanzamos la residencia en marzo de 2017 y, desde entonces, hemos recibido a más de 150 artistas procedentes de 50 países, que trabajan con prácticamente cualquier medio que te puedas imaginar. Además de pintores, fotógrafos y escultores, también alojamos a diseñadores—hemos tenido a Sabine Marcelis, Soft Baroque, Guillermo Santoma y Pablo Limón—videógrafos, poetas y performers. Hasta hemos tenido un chef.

 

¿Cómo eliges a los residentes?

Trabajo con un consejo de administración de Londres, París, Nueva York y Seúl. Como coleccionista que soy, no quiero que mis propias preferencias influyan en mis decisiones. Me gustan la pintura y la escultura figurativas, por ejemplo, pero quería que la residencia fuese más un reflejo de nuestros tiempos que de mis propios intereses como coleccionista. Así, con el consejo, revisamos las solicitudes—unas 100 al mes—y también seleccionamos a los artistas que queremos invitar.

 

¿Qué es lo que buscas?

Tenemos una mente bastante abierta. Trabajamos con artistas de todas las edades y en todas las etapas de sus carreras. También estamos abiertos a artistas que deseen explorar un nuevo medio. Un fotógrafo podría solicitar una plaza, pero indicando que quiere probar con la escultura o la pintura. Y, como no somos una galería ni un espacio expositivo comercial, podemos darles a los artistas esa libertad. Si vienes aquí como pintor, no te obligamos a pintar.

¿Cómo funciona la residencia?

Sugerimos a los artistas que vengan por un mes. Pero también hemos tenido algunos residentes que han estado aquí más tiempo. Les proporcionamos un dormitorio propio, estudios de trabajo propios, espacios expositivos y espacios comunitarios dentro del Palazzo Monti, y pedimos a cada residente que deje una obra de arte, a su elección. Crea un diálogo con el espacio. En lugar de tener un cuaderno con 150 fotos y biografías, es mucho mejor tener un palazzo decorado con obras de cada artista. Puesto que somos una organización sin ánimo de lucro, no les cobramos ningún alquiler y cubrimos la mayoría de los gastos de los residentes.

 

Háblame más sobre esos increíbles frescos.

Son neoclásicos—una mezcla de historias greco-romanas que se pintaron en 1750. Un techo representa la caída de Faetón—una escena de un hombre a lomos de un brioso caballo en el cielo que se cae al suelo. A medida que nos adentramos en el espacio expositivo principal, hay otros dos preciosos techos. En uno, podemos ver la Venus con sus criadas. Es el único que nos mira, por lo que creemos que era la hija del propietario original de la casa, o la esposa. Ella nos mira y nos da la bienvenida a la habitación. El otro representa a Apolo quien—y esto es perfecto—está rodeado por las nueve musas de las artes.

 

¿Hay muchos artistas que terminan creando obras inspiradas por el palazzo?

Sí, sin duda alguna. Lo mejor es que no siempre resulta obvio cómo inspira a la gente. Pero puedo afirmarlo sin el menor género de dudas a partir de los colores, de las formas, del estudio. Evidentemente, algunos artistas—en especial los pintores figurativos—han incorporado en su obra figuras y rostros o escenas de los frescos. Pero la mayoría de las veces es mucho más sutil—la luz en el patio, los colores de los frescos... todo ello pasa a formar parte de tu vida cotidiana.

 

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Las obras de Serena Fineschi en la galería están coronadas por un fresco que representa a la Venus con sus criadas.
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Infra-Structure Episode 2 Negro, de Vincent Van Duysen, con una escultura de Serena Fineschi.
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Lámpara Super Line Gris de Flos Architectural.

¿Se crea una sensación de comunidad entre los residentes?

Sin duda alguna. Todo el mundo tiene un espacio propio, pero nos reunimos para desayunar y cenar, salimos por ahí, nos divertimos, bebemos juntos. Cada mes es distinto. No puedes predecir la interacción que habrá entre las personas. Pero nunca hemos tenido una experiencia negativa. Aquí han nacido unos lazos de amistad increíbles—y un par de historias de amor—. Y realmente resulta increíble ver a los residentes compartir conocimientos. Cuando llega alguien recién salido de la universidad, es superinteresante para ellos hablar con artistas que están en mitad de su carrera y hacerles preguntas, ya sea cómo acercarse a una galería o a un comisario o a un coleccionista, o incluso cosas sobre cómo gestionar los impuestos y la facturación. El palazzo está ubicado en el medio de una ciudad muy antigua que ofrece prácticamente todo lo que te puedas imaginar en el ámbito de la cultura, la gastronomía y los museos. Pero, realmente, gracias a la forma en la que está concebido el espacio, no necesitas salir. Puedes quedarte sin ningún problema en el interior de las instalaciones y crear los siete días de la semana.

 

Y supongo que esa ha sido la norma durante varios meses. ¿Cómo fue pasar la cuarentena aquí? Estáis en una de las regiones más castigadas de Italia. Pero estar confinado en un palazzo no suena tan mal.

Bérgamo y Brescia—mi ciudad natal y el lugar en el que está situada la residencia—se vieron gravemente castigadas por la pandemia. Realmente fue muy duro. Por fortuna, el día a día de la residencia no se vio tan afectado porque tenemos un poco de independencia del mundo exterior. Pero tuvimos que reprogramar las residencias entrantes. Además, los artistas no podían salir para conseguir material, por lo que tuvieron que trabajar con lo que tenían. Utilizaron trozos de tela y viejas piezas de madera para crear obras de arte más pequeñas y bastidores. Les resultó un poco difícil, pero eso hace que las cosas sean interesantes. Hemos tenido que redistribuir nuestro programa de cara al futuro. A partir del 1 de junio, solo aceptaremos artistas italianos durante un tiempo debido a las actuales restricciones para viajar.

 

¿Qué artistas estuvieron durante toda la pandemia?

Osamu Kobayashi, un artista estadounidense, ha estado trabajando aquí en la exposición para una galería con A+B Gallery los últimos meses. Y Leonardo Anker Vandal de Dinamarca ha tenido un estudio aquí. Es nuestro residente a largo plazo a quien contraté hace unos años para que se ocupase de las instalaciones. Continúa con su propia actividad. Estos dos artistas formarán parte de una exposición que se visitará en coche que estoy co-comisariando. Estamos instalando algunos proyectos específicos del sitio en un garaje local con aparcamiento subterráneo. Es difícil para los artistas saber a largo plazo cómo les afectará la pandemia. Por eso, estoy haciendo todo lo que está en mi mano para ayudarles y asegurarme de que tengan oportunidades.

Bueno, háblame de la exposición que se visitará en coche. ¿Quieres decir que el visitante entrará en este espacio y lo verá desde el coche?

Sí, se llama «Art Drive-In».

 

Me encanta.

La gente va a estar varios meses sin reunirse. Pero te puedes meter en tu coche, ir a este garaje subterráneo y ver algunas obras de arte creadas in situ. Es una forma impertinente de hacer algo y, al mismo tiempo, ofrece a los artistas algo de ayuda de verdad.

 

No sé si a ti te pasa lo mismo, pero estoy empezando a cansarme de las salas de visitas en línea.

Lo sé, sí. ¿Por qué se inventaron los cuadros? ¿Y las esculturas? Creo que, en lugar de sacar fotos de cuadros y esculturas y ponerlas en línea, ¿por qué no nos centramos en los artistas que trabajan en medios que tienen sentido en nuestra nueva normalidad? Estoy pensando en los artistas digitales, videógrafos, fotógrafos y también en los diseñadores. Nuestro hogar ha cobrado una enorme importancia para nosotros durante los dos últimos meses.

 

¿Estás empezando a cavilar sobre otras nuevas maneras de exponer arte?

Creo que deberíamos esperar un poco y ver si lo que llamamos «normalidad» realmente está bien. Quizás podamos dar con nuevas estrategias y crear un mundo mejor. Todo el mundo se está estrujando los sesos para crear una especie de versión en línea de lo que creemos que era el mundo antes del COVID, pero creo que la pregunta que nos deberíamos hacer es «¿Era ese mundo tan bueno como para que queramos volver a él a toda prisa?». O quizás era un poco tóxico para algunas industrias y personas.

 

Y para el planeta.

Como dijo Winston Churchill, «Nunca desperdicies una buena crisis».

 

Me estoy acordando de cuando nos encontramos en Seúl el pasado otoño. Acababas de venir de la feria de arte de Shanghái. Yo me encontraba en Corea informando de un tema.

Aterricé en el aeropuerto y me acerqué directamente a vosotros en el bar. Estaba muerto de cansancio. Tú estabas muerta de cansancio. Al día siguiente, me iba a Tokio. Era una locura. ¿Realmente queremos volver a esa vida? Pero, al mismo tiempo, piensa en ello: un italiano, una estadounidense y nuestra amiga Hye, una coreana—tres continentes reunidos en un bar de Seúl. Es entonces cuando suceden las cosas.

 

No hay nada que sustituya al hecho de estar juntos.

Tenemos nuestras redes sociales e internet, que nos permiten ponernos en contacto con cualquier persona en cualquier momento. Pero la emoción de las experiencias físicas—estar junto a otra persona—es una emoción que no se puede conseguir digitalmente. Esa es también la razón por la que estoy en contra de apresurarnos hacia un mundo digital de las artes. El 99 % de lo que sentimos tiene su origen en las conversaciones con artistas, las visitas a sus espacios, el hecho de estar junto a ellos. Después de una exposición en el Palazzo Monti, siempre organizamos una gran cena con al menos 50 invitados. Así se crean las relaciones. Así es como se conocen las personas—tomándose algo y compartiendo buenos alimentos y tiempo y divirtiéndose y besándose y tocándose y abrazándose. Estando juntos es cuando te surgen las ideas.

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Infra-Structure Episode 2 Negro, de Vincent Van Duysen, con Suspension Panel 600.