Casa la Scala
Casa La Scala, de Vittoriano Vigano
Enclavada en la orilla del lago Garda, en la región italiana de Lombardía, se erige una estructura de hormigón brutalista en marcado contraste con el frondoso paisaje verde. Es el otrora hogar del escultor y editor francés Andre Bloc, construido en la década de los 50 por su amigo, el arquitecto italiano Vittoriano Viganò. Una sencilla casa de vacaciones para tres, que fue diseñada pensando en recargar las pilas, crear arte y beber con vistas al lago.
«El litoral del lago en esta zona (cerca de Portese) es precioso, pero todavía está muy poco habitado y edificado», escribió Domus en 1959. «El punto en el que se erige la casa (por encima de la Baia del Vento) está totalmente aislado. Es un terreno abrupto, con hierba y olivos, desde el que una altiplanicie cae en picado hasta el agua, con un acantilado rocoso y una pequeña playa».
Es esa caída en picado la que da a la casa su nombre, La Scala, o la escalera. Y es que al lago que resplandece más abajo solo se puede acceder a través de un puente-escalera de 40 metros de largo hecho con una viga de hormigón reforzado y 100 escalones de láminas de hierro. La pasarela que baja desde la casa y atraviesa el rocoso terreno va a parar a un enjuto muelle, que se cierne sobre el azul del agua.
La casa en voladizo, en la que dos tiras de hormigón forman el suelo y el techo, está orientada alrededor del paisaje, con una distribución que fluye libremente y parece anticipar la moda actual de espacios abiertos y flexibles. Las ventanas de cristal son extraíbles, o se pueden cerrar con estores venecianos. Y solo hay tres estancias aisladas: la cocina, el cuarto de baño y el dormitorio de invitados. (Debajo de la zona de los dormitorios hay un estudio artístico en el que Bloc podría trabajar con vistas al lago.) Aparte de eso, el sitio era—y es—acogedor, adaptable y, —tal y como lo ha demostrado la intervención luminosa de Flos— está abierto a la interpretación.