Tobia Scarpa

¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser diseñador?

Cuando nací, mi padre me transmitió el nombre de mi familia, de alguna manera prefigurando mi futura profesión. Así, desde que era un niño indefenso, pude encontrar mi oficio emulando a mi padre, siguiendo sus pasos. No sé si lo he hecho bien porque es un trabajo difícil, pero en ese momento me pareció fácil.

¿Qué es la iluminación artificial para ti?

Para mí, la iluminación artificial es un instrumento que no hace más que desubicarte en cada etapa de tu vida, siempre está cambiando algo. Sin embargo, esto solo representa el placer de jugar: la iluminación es, por lo tanto, el espacio para jugar.

¿Por qué te gusta trabajar con Flos?

En el pasado, cuando trabajaba para Flos, lo más entretenido era poder asombrar a los demás, creando objetos que se consideraban imposibles o no comerciales, pero que al final resultaron ser un éxito.

¿Cuál es el próximo objeto que te gustaría diseñar?

Por el momento, no puedo decir qué objeto me gustaría diseñar a continuación. Realmente no puedo identificar el proyecto de iluminación realmente nuevo para Flos que haría, especialmente teniendo en cuenta que el éxito de los proyectos a menudo surge más tarde.

¿Hay un maestro del arte que consideras una inspiración para tu obra?

Si hay un maestro del arte que considere una referencia… a mi edad, creo que no lo necesitaría y, en todo caso, pienso en ser una inspiración para los demás.

¿Hacer un buen vino es más difícil que diseñar bien?

Diseñar significa involucrarse en procesos intelectuales y emplear materiales de manera que se alcancen resultados satisfactorios. Supongo que crear un buen vino, una buena arquitectura o un buen diseño es un acto muy similar, por no decir casi el mismo.

¿Qué recuerdas del momento en que conociste a Sergio Gandini?

Recuerdo bien a Sergio Gandini. Mis experiencias previas estuvieron relacionadas con los primeros días de Flos. Con el tiempo pudimos trabajar juntos, ensalzando la imagen de Flos que estaba ganando fuerza en todo el mundo. Ahora solo quedo yo, y solo ya no puedo jugar al tenis, al menos no con él.