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Johanna Grawunder

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¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser diseñadora?

Supe que quería ser arquitecta cuando tenía 8 años. Mi vocación de diseñadora llegó mucho más tarde, cuando me di cuenta de que podía llevar a cabo ideas más rápidamente, experimentar y «encontrar mi voz» a una escala más manejable y con una intención más iterativa, especialmente con la luz. Además, parafraseando a Oscar Wilde, es más rápido, más barato, y conoces a una clase mejor de personas.


¿Qué es la luz artificial para ti?

La luz artificial es el alma de la vida de los siglos XX/XXI. Sin ella, todos nos iríamos a dormir mucho antes. También constituye una oportunidad para crear fenómenos y experiencias humanas que nunca antes existieron. Advertencia importante: tratad de usar luz artificial para hacer el bien y no el mal.


¿Por qué te gusta trabajar con Flos?

Flos siempre está traspasando los límites del concepto de luz al experimentar con nuevos materiales y tecnologías y definir su línea de productos tanto a través de cualidades esculturales innovadoras como avances tecnológicos.


¿Cuál es el próximo objeto que te gustaría diseñar?

Una nueva araña para Flos. Lo sigo intentando…

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Johanna con Ettore Sottsass

¿Hay un gran diseñador, artista o músico que consideres como un punto de referencia para vuestro trabajo?

Hay muchos: Corbusier, Sottsass (por supuesto), Rothko, Judd, Neutra, Stingel, Turrell, Prince, Barragán, Miles: y recientemente, por alguna razón, Bobby Hutcherson (¡me encanta el vibráfono!). En cierto momento, a lo que prestas atención se convierte en un collage de fondo que revela todo lo que haces, de una forma u otra.


¿Cuál es la diferencia en tu opinión entre diseñar para la producción industrial y hacerlo para ediciones pequeñas o incluso piezas únicas?

El diseño de la producción industrial debe seguir ciertos criterios que lo hacen factible a gran escala y también despertar el deseo suficiente de que mucha gente quiera/pueda tener el objeto en cuestión. Las piezas únicas o las de edición limitada pueden ser mucho más idiosincrásicas y conceptualmente complicadas, ya que sirven a un objetivo más restringido, o bien a un cliente o simplemente a la necesidad del diseñador. A veces, estas piezas pueden llegar a almacenarse durante la mayor parte de su existencia, pero se crean en sus propios términos. Hay algo de libertad adicional y tal vez también un poco de presencia animista en ello.


¿Qué es lo que más añoras de vivir en Milán?

Añoro la rutina diaria de Milán, la tenaz presencia de diseño, arte, moda e ideas en el aire. Hay una niebla de entusiasmo en Milán que obliga a las personas a HACER COSAS. Siempre sugiriendo, siempre buscando, siempre trabajando y pensando. Vuelvo a menudo y respiro profundamente.